sábado, 23 de mayo de 2009

Hellion: el Ángel Caído que se la pegó contra el suelo.


Con la dificultad añadida de titular 'Susurro' a una película que se llama 'Whisper' y con la frivolidad de estrenar en cine una cinta que en USA fue directa a las estanterías de los videoclubs hace ya dos años, llegó no ha mucho tiempo a nuestras pantallas una bazofia llamada Hellion: el ángel caído.

Obviando la estúpida manía de las distrubuidoras españolas de joder el argumento de una película desvelándonos el clímax en el título -ejemplos tenemos miles de los "aciertos" de estos imbéciles- vamos a analizar la peli en sí.

Hellion: el ángel caído es mala. Es muy mala. Pero es que creo que Hellion: el ángel caído nunca pretendió ser buena.




Hellion: el ángel caído recopila ideas -elegante eufemismo para no acusarla de un plagio descarado- no sólo de La Profecía y de sus secuelas, que lo borda, sino además de la serie Héroes.


El argumento (o algo así) con spoilers:

Un ex presidiario en paro se une con dos subnormales para secuestrar a un hijo de puta y pedir un rescate. Já, pa tí el niño, piensa la madre. Mientras el chaval, por eso de divertirse empieza a susurrarles al oído que se maten entre ellos y a pintar las paredes de su cuarto con unas ceras mágicas que no sólo no se gastan sino que se borran y vuelven a pintar como si fuera un telesketch. Total que el criajo les vuelve loca la cabeza, y después de hacer mucho el ridículo y el gilipollas, al final gana Sawyer, que para algo pone su cara en este bodrio.



Por supuesto, queda claro que esta película jamás hubiera llegado a nuestras pantallas de no ser porque la protagoniza Josh Holloway, el Sawyer de Perdidos, que no sólo es el único reclamo de la cinta sino que por los pelos es el único que se salva. Michael Rooker hace tiempo que se olvidó de Henry y el resto de actores dan pena, desde el cabezón desmesurado de la chiquilla contratada únicamente para asustarse y realizar acciones incoherentes (como cantarle nanas al niño que acaban de secuestrar o desconectar el teléfono cuando un tipo está sufriendo un infarto y dejarle morir) hasta el colega hiperventilado que se llevan como técnico en trucar la voz para hablar a través del móvil y que desde que aparece nos queda claro que o va a sufrir una muerte horrible o se va a pasar la película jodiendo a los demás. Al final hace las dos.


Y el niño. Cómo no recordar a ese hijo de mil demonios -nunca mejor dicho- que era el Damien de La Profecía. Intentar copiarlo no sólo requiere de una buena dirección de actores sino además de contar con un niño que sepa lo que hace, no que en su intento por dar miedo siempre ponga la misma cara de soy un cabrón, yo lo sé y tu lo sabes, que no asusta, sólo da ganas de partírsela a golpes de calcetín sudao.


No dejó de preguntarme por qué no amordazan al puto niño y le meten un ratito en un armario para que deje de susurrar gilipolleces.

Hellion: el ángel caído se vende como una cinta de Terror contemporáneo, excitante, angustiosa y tensa, pero en algún momento se convierte en algo así como Sólo en Casa y se queda en una sucesión de tópicos, en escenas archiconocidas y en un más de lo mismo agobiante y que roza la vergüenza ajena.

Por lo menos no es larga y sale Sawyer. Si con esto te vale, Hellion: el ángel caído es tu película.

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