viernes, 27 de noviembre de 2009

Nuevo avance de 'The Wolfman', de Benicio del Toro


La odisea de 'The Wolfman', esa revisión de uno de los clásicos más inmortales del cine de Terror a cargo de Joe Johnston, director de Jumanji o Jurasic Park III, y con el pedazo de cartel que tiene, encabezado por Benicio Del Toro junto a Emily Blunt, Anthony Hopkins y Hugo Weaving, va camino de convertirse en un culebrón sin precedentes.

A un retraso tras otro se ha sumado la incertidumbre por el estreno, revisiones de guión y la última es que van a "remontarla". The Wolfman tenía que habernos llegado hace casi un año, y sin embargo la veremos, con suerte, allá por febrero de 2010.

La lástima es que contando con el equipo que cuenta, y teniendo como base una historia tan buena, la larga espera se está convirtiendo en desesperanza. A saber qué saldrá de todo esto al final.


Mientras tanto, para acallar las voces de los críticos y demostrar que el proyecto no está parado, la gente de The Wolfman de vez en cuando asoma la cabeza para presentanos nuevo material promocional, ahora estos pósters excepcionales.


Aquí están, gracias a Tu blog de cine, y AQUÍ, los espectaculares Trailers.

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lunes, 23 de noviembre de 2009

Nuevos pósters de 'Alice in Wonderland'. Esto mejora cada día.


Si Tim Burton fuera dios yo le rezaría. Me hubiera convertido la noche en que salí de ver Batman, y mi Fe se hubiera reforzado con las lágrimas que solté en Eduardo Manostijeras o con lo bien que lo pasé en Sleepy Hollow. Incluso le hubiera perdonado haberme empujado a una mínima crisis existencial tras sufrir El Planeta de Los Simios o tras aburrirme con La Novia Cadáver. Nada que un poco del humor negro de Sweeney Todd no hubiera podido arreglar.

Con lo que estoy viendo hasta ahora de Alice in Wonderland no puedo más que construírle un altar.


Todo el mundo habla de la revolución -invasión- de la tecnología 3D en las salas de cine, pero no es nada comparado con lo que está por llegar. La versión Burtoniana de Alicia en el País de las Maravillas no sólo promete exprimir al máximo las posibilidades del 3D como se puede apreciar en el tráiler, sino que nos ofrece un deleite visual impresionante y un manejo de la tecnología como pocas veces se ha visto hasta ahora.


Sólo falta saber si la historia y la película en sí estarán a la altura de semejante derroche de imaginación, de creatividad y de talento visual, lo que averiguaremos en 2010, pero de momento estos pósters son un aperitivo excelente para ir abriendo boca.


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sábado, 21 de noviembre de 2009

Críticas: Expediente 39


Si la única película que soporto de este intento de actriz, cruce entre barbie pepona y oso hormiguero, es Jerry Maguire, no es difícil imaginar el empacho y la náusea que me produjo tragarme de una sentada Expediente 39.

Buscando una cinta de Terror -otra más-, con niño coñazo, plaga imparable de nuestros días, más dura que la gripe A, me encontré a Renée Zellweger poniendo morritos hasta cuando se le prende fuego la casa, cuando su amago de novio amanece esnucao y hasta cuano se le clava en el culo la tira del tanga.



La justificación de Expediente 39 no es más que la tozuda insistencia de Renée Zellweger por aparecer en el cine comercial palomitero y remontar una carrera estancada desde Chicago y encasillada por Bridget Jones. Tenemos una niña con cara de asco a la que todo el mundo se quiere cargar, empezando por sus padres, y a una asistente social con boca de haber sorbido demasiado en pajita a la que no se le da bien descifrar las señales y las indirectas y se empeña en sacarla de allí y cuidarla como a una hija.


Si sorprendes a unos padres supuestamente normales intentando asar a su hija en el horno de la cocina, tía, algo pasa con esa niña. Sin embargo la Zellweger de Expediente 39 se lía la manta de Mary Poppins a la cabeza y se la lleva a su apartamento. Pues ahora te jodes por entormetida.


Expediente 39 tiene menos interés que las tiras cómicas de la revista parroquial y hasta el momento en que la niña decide ponerse en plan borde y empezar a mirar raro da menos miedo que una peli de Pajares y Esteso. Sin embargo, a raíz de esa escena en que la niña, con apenas tres gestos y dos miradas, no sólo demuestra que a su edad ya es mejor actriz de lo que la morritos será jamás sino que además obliga al psiquiatra a hacerse sus cositas encima, Expediente 39 cobra por lo menos un poquillo de emoción que permite que no se haga coñazo.



Esa media hora final no salva ni de lejos el conjunto, ni evita que los efectos visuales y las proezas de la niña dejen de ser de pacotilla, y tampoco oculta una cantidad tal de incoherencias y estupideces que convierten Expediente 39 en una pésima película de Terror y en una pestazo gigantesco en general.

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jueves, 19 de noviembre de 2009

Críticas: Exorcismo en Connecticut.


Es muy difícil digerir una película lenta y previsible, vacía, que desde el título anuncia un exorcismo que en realidad no existe. Exorcismo en Connecticut, película de exorcismo sin exorcismo, fuerza hasta el límite el seguir la huella de El Exorcista, intentando repetir la fórmula de comenzar despacio para ir subiendo, introducir mil escenas de médicos y estudios y jugando la baza del "basado en una historia real", pero en realidad se queda a dos aguas en cuanto decide forza la máquina del Terror y se convierte en un carnaval de sustos y sobresaltos mil veces vistos y esperados, pasándose esa historia real por el forro de los mismísimos.

Exorcismo en Connecticut recrea el drama verdadero de una familia que, para tener a su hijo mayor más cerca de los médicos que le tratan el cáncer, se muda a una vieja casa que resulta tener un pasado como funeraria.



Desde el momento de pisar allí el muchacho empieza a sufrir visiones violentas y sustos de aquí te espero, que debemos achacar a su especial sensibilidad ¿por tener cáncer? El caso es que entra en 'contacto' con algunos espíritus que habitaron la casa en vida, en especial con el de un joven medium que participaba en sesiones esotéricas de espiritismo organizadas por el dueño de la funeraria en su propio sótano.


Resulta que Exorcismo en Connecticut presenta algunos aspectos que la diferencian de otros filmes de espíritus y posesiones, en concreto, que su trama no es una completa chorrada. Sin embargo, adolece de un mal endémico en el cine de Terror de esta época, y es que se empeña en dar miedo, se empeña resultar terrorífica, y al igual que otras pelis de muchacho poseido que hemos padecido no hace mucho, sus mimbres no dan para tanto.

El drama de este chaval acuciado por espíritus es interesante, pero la esplicación, la forma que le han dado a estas apariciones no termina de encajar, de tener la suficiente consistencia como para mantener la tensión. La historia de las sesiones de espiritismo organizadas por el doctor y los mediums que trabajaban con él, el rollo de las fotos de los muertos, y sobretodo, la falta de explicación de algunas cosas como las escrituras sobre los cuerpos o por qué esa casa no apestaba a cadáver que daba asco, hacen flojear el conjunto.


Exorcismo en Connecticut resulta mucho más interesante como acicate para investigar la historia real, que como película, mucho menos como película de Terror.


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miércoles, 18 de noviembre de 2009

Críticas: Presencias Extrañas.


Hay películas de Terror cuya única relación con este género es la cara de asombro que se te queda al terminarla. Películas bien hechas, bien pensadas y escritas, películas con buenas tramas y misterios interesantes hay pocas, y para colmo quedan ensombrecidas por truñacos como éste que se aprovecha de los aciertos de otras para crear un engendro incoherente, sin pies, cabeza ni sentido común, que a base de un giro tras otro de guión, al final da pena.

Presencias Extrañas es una de estas películas engañosas, tramposas, que se juegan su única bala a una supuesta sorpresa final que hará que el espectador salte de la butaca. Eso tal vez funcionase con otras, pero con Presencias Extrañas la sorpresa final apenas nos arranca un suspiro aburrido y una mueca de "pues vaya".


Presencias Extrañas es la historia de una chica -Emily Browning- cuya torpeza en una fiesta en la playa termina por desencadenar un desastre mayúsculo. Llega a su casa justo en el momento en el que ésta salta por los aires en un incendio brutal termina con la vida de su madre enferma.

Después de unos meses en un psiquiátrico -lo que más miedo da de toda la película- la joven regresa a casa, se encuentra a su padre emparejado con la enfermera que se ocupó de su madre en sus últimas horas y con la ayuda de su hermana intentará descubrir qué demonios sucedió aquella noche.


Bien, la premisa de Presencias Extrañas no es tan horrible, y los primeros minutos casi podrían ser interesantes. La chiquilla protagonista cumple el papel y las escenas del regreso a casa, en especial las de Elizabeth Banks, causan escalofríos.

El problema está en todo lo demás. En un aluvión de pistas, la mayoría atufan a falsas, un desfile de apariciones sin sentido y reacciones incoherentes tanto del padre como de la hermana, de la enfermera... Por momentos parece que todos están como cabras. La muchacha empieza a perder el juicio de nuevo, lo que es ya no lo es y de repente se sacan de la manga una explicación final que raya el absurdo.


Presencias Extrañas, para colmo, es lenta y los pocos sustillos que tiene son demasiado previsibles. Es cierto que la sorpresa final es inesperada, desde luego, peo tampoco tan trscendental como para influír en lo que se intuye desde mucho antes, el responsable de todo el embrollo, por más que se empeñen en dirigirnos hacia una dirección con un descaro tal que canta a la legua.



En definitiva, Presencias Extrañas no es para quemarla en la hoguera, pero no pasa de previsible y quedará en el olvido antes de que termine de escribir esta reseña.



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