lunes, 29 de diciembre de 2008

LOST.

PERDIDOS.



Inauguramos aquí una extraña –y probablemente, esporádica- sección de críticas televisivas.

Acabo de terminar de ver todo lo que se puede ver de la serie de ABC Perdidos, y la verdad sólo puedo decir que estoy en estado de shock.
Rara vez, y de manera muy inusual una mega serie de TV me había conseguido atrapar y dejar enganchado al sillón. No soy muy de series, no tengo constancia, lo asumo. Tal vez me pasara hace años con V, de niño con Los Caballeros del Zodiaco y ya más mayor con las primeras temporadas de Héroes, House o la única y excelente de Firefly. Por lo que se puede decir que quitando a los soldaditos de Atenea nunca me he afiliado a ningún club de riadas de capítulos sin fin. Bueno, una vez me obligaron a ver entera la serie de Sexo en NY, pero eso fue una encerrona.
El caso es que debido a mi natural desapego a la caja tonta y a mi empecinante cabezonería, me había resistido a las aventuras de los Perdidos durante cuatro años -igual que ahora me resisto a Prison Break- lo que me ha dado la posibilidad de zumbarme las cuatro temporadas en la isla en poco menos de lo que dura un embarazo. Y es que una vez empecé a conocer a los supervivientes del 815 de Oceanic, me ha costado separarme de ellos más de lo que lleva despegarse un tensoplast y no sé ya cómo esperar a que comience la quinta temporada allá por el final de enero.




Y he de decir que me he encontrado con una serie prodigiosa, cine en capítulos, una sucesión de tramas hilvanadas de al menos una decena de personajes, a cuál más interesante y perfectamente construido, un guión sólido aunque a veces nos hagan tragarnos auténticos “chorizos”. Y es que está tan bien escrita e interpretada que cualquier explicación descabellada puede tener cabida en esta isla.
Los personajes, como digo, están dibujados con precisión milimétrica, desde Jack, el médico tozudo y su alterego, el palurdo chulesco Sawyer, hasta la preciosa fugitiva Kate y la misteriosa doctora Juliet, pasando por el fantástico irakí Sayid y el enigmático y magnético John Locke. Y eso sin olvidar al mayor acierto de la serie, uno de los mejores villanos que haya dado la TV, Ben Linus, introducido de una manera tan sutil y desarrollado con tal mala leche..! Pero es que además está Hurley, y Charlie, y Claire que es un bombón, y la pareja de coreanos y Ecko y Ana Lucía y Desmond, oh, cómo mola Desmond!!!
Es que son muchos y diferentes, y sus historias, tan bien engarzadas en el contexto de la isla de manera que nos expliquen y hagan ver sus comportamientos, sus reacciones, sólo pueden proceder de una elaboración de guión que ha de funcionar con precisión suiza. El momento en el que esas tramas secundarias empiezan a entrelazarse entre sí... Buf.
Porque ese es uno de los puntos que distinguen a esta serie y que la hacen tan especial. La historia transcurre en una isla, sí, pero nuestra atención no siempre está centrada en ella. El hallazgo brutal de esos flashbacks y flashforwards dotan a Perdidos de una riqueza y de una profundidad imposible en series más lineales. ¿Cuánto ganaría House si pudiéramos, no ver, sino seguir el origen y la evolución del personaje hasta convertirse en el cabrón que conocemos hoy? ¿Cuánto más rica sería Mujeres Desesperadas si nos fueran contando al mismo ritmo cómo crecieron esos personajes y de dónde proceden sus neuras y manías y formas de ser?
Entiendo que para un “no iniciado” empezar a ver hoy el capítulo 54, por ejemplo, de Lost puede resultar lioso y hasta coñazo. Ahora están en la isla, ahora no. Ahora éste está casado y... un momento, ¿aquel no estaba muerto?
Pero en serio, es eso lo que la hace tan especial, y animo a todos a que hagan como yo, que para eso está el emule se editan las series en DVD.



Un guión poderoso y que atrapa desde el principio, una trama que no sabemos a dónde puede llegar, unos personajes mágicos... Yo me pregunto cómo lo hacen, ¿tienen todas esas tramas ya en la cabeza? ¿Saben ya cómo va a empezar y terminar cada nuevo hilo argumental? Es que me parece increíble ser capaz de enlazarlo todo, de conseguir que un puzzle tan descomunal encaje tan bien y además resulte, no sólo interesante, sino que te deje con el aliento en la garganta. Lo que daría porque una sola de mis novelas me saliera así.
Pero volviendo a la serie. Personalmente soy más de las dos, como mucho tres primeras temporadas. La entrada de Los Otros me cambió un poco el chip de la isla, empecé a ver un punto más lógico, más racional, en lo que hasta entonces me había parecido un gigantesco misterio. Supongo que prefería el enigma que su resolución. Pero el caso es que ahora que a partir de la cuarta temporada la serie se orienta de nuevo hacia la huida de la isla y lo que pueda quedar allí, me parece que no puede más que mejorar.
Así apunta la quinta temporada que empieza en enero, a una montaña rusa de misterio y revelaciones, a una tromba de emociones que no terminará hasta el anunciado final –dito sea J.J. Abrahams- al terminar la sexta temporada en 2010.


En fin, me flipa esta serie. ¡¡Cuándo llega el 21 de enero!!

Y recuerden: 4, 8, 15, 16, 23, 42 = 108.

Read more...

sábado, 27 de diciembre de 2008

QUANTUM OF SOLACE



(Cuánto sol hace)

Hace muchos años que James Bond dejó de ser un tipo siniestro, ambiguo y al borde de la ley, para convertirse, primero, en un fantasma simpaticón (Moore), después en un sosías carapalo (Dalton), y por último en un chuloputas con jeta de Remington Steel y maneras de pseudo dandy. Con la aparición de Daniel Craig en Casino Royale me asaltaron las dudas de cuántas películas de Bond más sería capaz de soportar y medité seriamente la posibilidad de dar a 007 por perdido antes de tiempo.

Antes de tiempo, digo, porque una vez terminé de ver su primera escena, en crudo blanco y negro, sangre, testosterona y mala leche en cantidades desconocidas para Bond, tuve que claudicar y admitir que mi hombría heterosexual acababa de resultar herida para siempre.

¡Ése era James Bond! ¡Craig era el Bond que quería ver! Duro, seco, insensible, un asesino, joder, no un guaperas con puntería y buena suerte. Un Bond atlético, viril pero sobretodo humano, capaz de sufrir, sentir y levantarse. Y Casino Royale resultó para mi gusto una de las mejores películas de la saga. Una trama compleja pero verosímil, y guión redondo, tenso, unos personajes de carne y hueso y mucho, mucho Bond.

007 volvía al género de espias, con misterio, con algo más detrás de esas habituales tramas manidas de “chalado megalomaniaco ha inventado un método muy sutil para dominar el mundo”. Y adoré a Bond, a Vesper, a M y a la madre que los parió a todos. No podía esperar con más ganas esta Quantum of Solace.

Pues madre mía, pa qué las prisas. Yo no sé si por el cambio de director (no llega a tanto mi cutre cinefilia) o por problemas durante el rodaje o porque el guionista (me niego a creer que una cosa tan simple la hayan podido perpetrar entre más de uno) se estaba tocando los cojones, lo cierto es que la nueva de Jaimito Bond está a años luz de su predecesora.


El punto de partida me parecía genial, continuar la historia casi donde la dejamos. Y la peli no empieza mal, con una persecución en coche que te deja las uñas grapadas a la butaca. Pero a partir de ahí desbarra que da gusto durante yo no se ni cuántas horas por una sucesión de nombres, lugares, espías, traidores, escenas trepidantes y diálogos tan enigmáticos que dudo yo de si alguien habrá sido capaz de entender toda la película.

El guión, que es ya de por sí irrisorio, queda ventilado en un bla bla bla constante que parece importarle muy poco incluso al director. Lo que prima aquí son las escenas de acción, una detrás de otra, sin respiro, sin espacio para desarrollar personajes o trama entre ellas. Mola el tiroteo en la ópera, porque es distinto, pero de todo lo demás me quedo con una serie de explosiones, carreras, personajes que van y vienen y algunas muertes espontáneas.

Quatum of Solace defrauda de principio a fin, desde una de las canciones más HORRENDAS de toda la saga Bond hasta un villano tan insulso como torpe y pusilánime.


Es una película que no contacta, no llega, te deja frío y con cara de “psé, al menos salían chicas guapas”. Pero una vez más, noooooooooo! Porque la rusa con doblaje de pájaro loco está diez veces más fea y mal maquillada que en cualquiera de las mil sesiones de fotos con que nos han bombardeado en los últimos meses, y la otra, tan mona como inverosímil agente secreto, dura lo que un suspiro. Eso sí, tiene una muerte bien pringosa.

En definitiva, que “Cuánto sol hace” no es más que eso, una sucesión de acción, diálogos codificados para iniciados y ¡¡¡nada de sexo!!! ¿Qué te ha pasado, 007?

Read more...

viernes, 26 de diciembre de 2008

La película más corta de la historia



Visto en: Mi Mesa Cojea

Read more...

  © Blogger templates Psi by Ourblogtemplates.com 2008

Back to TOP