miércoles, 20 de mayo de 2009

El Mejor Villano de la Historia del Cine: Hannibal Lecter

Hola, Clarice.

Uau, vaya encuesta. Después de un mes de votos a mansalva los lectores de Desde el Sótano han decidido, soberanamente y por mayoría, que el mejor villano, o más bien, el tipo más terrible, más sanguinario y más enfermizo de la historia del cine es el ilustre Doctor Hannibal 'El Canibal' Lecter.

Y vaya si lo es.

Hannibal Lecter nació de la máquina de escribir del novelista Thomas Harris en 1981, a través de la novela El Dragón Rojo , que ya fue llevada al cine en 1986 (Manhunter, de Michael Mann) sin demasiado éxito y por segunda vez en 2002, con Edward Norton en el papel del agente especial Will Graham.


Precisamente este personaje, Graham, es el policía que detiene al canibal, lo encierra, y comienza a utilizarlo como apoyo en sus investigaciones, introduciéndolo en nuestras pesadillas.



Qué difícil es explicar la biografía de un personaje de ficción, una invención de tinta y papel que sólo cobra vida en las fantasías, sin embargo en el caso de Hannibal Lecter su pasado es fiel reflejo y causa de su presente.

Para conocerlo acudimos, además de las escasas pinceladas que sobre su infancia nos regala Harris a lo largo de sus tres primeras novelas, al último de los libros publicados sobre el personaje: Hannibal: el origen del mal, que recientemente pudimos ver en los cines.

Hannibal Lecter nació en Lituania, en 1938, en el seno de una familia noble. Durante la Segunda Guerra Mundial sus propiedades fueron bombardeadas por los nazis y él y su hermana menor, Mischa, quedaron huérfanos, capturados por soldados desertores. Uno de ellos, al recrudecerse el invierno y escasear los alimentos, dio la orden de asesinar a Mischa y se la comieron.

Este hecho marcó de manera brutal la ya retorcida conciencia del joven Lecter y sembró las bases de su tendencia al canibalismo.

Años después consiguió convertirse en Doctor en medicina, especializado en Psiquiatría, y se instaló en E.E.U.U. Allí comienza a relaccionarse con personajes influyentes y poderosos, a colaborar como experto en perfiles psicólogicos para el FBI, pero también a asesinar personas conocidas, a las que, después de cocinar, sirve a los invitados a sus selectas cenas.

Uno de sus pacientes es Mason Verger (Gary Oldman en Hannibal), al que bajo los efectos de la droga convencerá para que se automutile y se arranque pedazos de la cara. Sin embargo Mason conseguirá sobrevivir al doctor y se convertirá en uno de sus más acérrimos perseguidores.


En la novela El Dragón Rojo (El Dragón Rojo, de Brett Ratner) conocemos cómo Lecter colabora con el FBI como experto en un caso en el qué él mismo resulta ser el asesino, finalmente descubierto y encerrado en un pabellón psiquiátrico. Será tiempo después, cuando Graham solicite su ayuda de experto para cpaturar al Hada de los Dientes, cuando aproveche la oportunidad para manipular a través de los anuncios clasificados del periódico al asesino, que se quiere creer la reencarnación de El Dragón Rojo de William Blake, para que ataque a Will Graham y su familia consumando la venganza que él, desde detrás de las rejas, no puede acometer.


Sin embargo su caso más famoso, gracias al mejor de sus cuatro novelas y a una película soberbia, es la caza del asesino en serie Buffalo Bill, en El Silencio de los Inocentes (El silencio de los corderos, de Jonathan Demme). En esta ocasión el jefazo del FBI utilizará a la agente novata Clarice Starling (descomunal Jodie Foster) para que convenza al Doctor Lecter de que colabore en la investigación a cambio de una falsa promesa de mejorar sus condiciones en prisión. La novela es tensa y escalofriante, la película una magistral obra de arte de suspense en la que el gran Anthony Hopkins se convirtió en el cínico y calculador canibal por primera vez.
Lecter consigue escapar y es perseguido por FBI durante diez años. Hasta que en Hannibal, su tercera novela (Hannibal, de Ridley Scott), Starling (ahora interpretada por Julianne Moore) consigue localizarle en Florencia.


Allí es donde ha estado viviendo, ocultando su identidad y relacionándose con las más altas esferas de la cultura y de la política fiorentinas, hasta que un antiguo enemigo, Mason Verger, que le ha perseguido tanto como el FBI pero desde luego con mucho más ahínco, filtra en internet una suculenta recompensa para quien localice al doctor que le obligó a deformarse y le ayude a capturarlo.

Es la última novela, cronológicamente hablando, que cuenta las aventuras del Doctor Canibal. E igual que la película de Scott, en Hannibal Thomas Harris no escatima en truculencia y en escenas aterradoras para dotar a Lecter de una fuerza y de una voracidad inigualables, convirtiéndolo, de hecho, en uno de los grandes villanos del cine y la literatura. Sin embargo, la fina línea que une ambos mundos se va al carajo con esta penúltima adaptación de Harris al cine, en la que los finales de novela y película son tan distintos como un huevo y una castaña.

Atendiendo a la línea seguida por su escritor, su creador, el Doctor Lecter estará escondido en algún lugar de Argentina, disfrutando de sus dos manos y, quién sabe, si comiendo como un rey (canibal).



Pero, ¿cómo es Lecter? ¿Qué lo hace tan especial?

Hablando en un argot claro y conciso Hannibal Lecter es el Mal. Así, sin más. Es un ser malvado, destructivo, un verdadero asesino que además disfruta matando, planificando, diseñando sus crímenes como obras de arte de la truculencia, preparando con mimo exquisitos goces culinarios con pedazos de carne y vísceras humanas.

El doctor además es un genio, un reputado psiquiatra y un auténtico sociópata. Es culto, refinado, de modales exquisitos y buen comportamiento, es amante del arte, la música clásica y la buena cocina. Es un profundo conocedor del arma humana, un hábil manipulador, un tramposo y un redomado cínico, capaz de convencer a alguien para que se destroce la cara o a otro para que se coma de aperitivo un pedazo de su propio cerebro.

Conoce los métodos policiales, es capaz de adelantarse a los pasos del FBI, no tiene miedo de nada y no duda en matar si lo necesita para cumplir su propósito. Pero lo peor es que Lecter es un hombre "real", un ser de carne y hueso, no es un fantasma ni un sádico homicida ni tampoco está loco. Es un tipo racional, impredecible, un monstruo frío y calculador capaz de mezclarse entre la gente, diluírse entre la masa y desaparecer completamente, de asesinar sin levantar sospecha.



¿Habrá más Lecter?

En las últimas semanas ha rodado por ahí el rumor de que Anthony Hopkins y Ridley Scott estaban hablando seriamente de rodar una nueva película sobre Lecter, que lo reuniera por tercera vez con Clarice Starling, en esta ocasión interpretada por Cate Blanchet.

Muchos fans de las novelas y el personaje abrieron mucho las orejas, creo yo que a la par recelosos e ilusionados. No es que Hannibal o Hannibal: El origen del Mal fueran precisamente obras que hicieran honor a sus dos primeras apariciones. De hecho no pocas voces, entre las que me incluyo, han comentado alguna vez que lo mejor para Harris es inventar otro personaje, en lugar de seguir estirando y desvirtuando al único que le ha dado de comer hasta ahora, no vaya a ser que de tanto estirarlo lo rompa.



En caso de que surgiera esta cuarta película no sería con la participación del escritor (imposible por la manera en que concluye Hannibal, novela), y tendríamos que ver un guión completamente ajeno en el que un Lecter manco siguiera zampándose trozos humanos mientras roza los setenta y cinco tacos. No lo veo.



De todos modos, el rumor duró lo que dura un suspiro así que de momento no hay nada. Que no dudo yo que lo haya pronto.

Y este es Hannibal 'el Canibal', el Doctor Lecter, el que para muchos de vosotros es y será y villano más malvado, el mejor, de la historia del cine.

¿Han dejado ya de chillar los corderos, Clarice?

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