Señales del Futuro: Yo quiero un GPS

Alex Proyas me pone. Señales del Futuro -traducción made in Spain de Knowing- no es El Cuervo ni Yo Robot, ni mucho menos Dark City, peca de un giro final rayano en lo ridículo y además carga con Nicolas Cage, pero el que diga que no es entretenida o que no mola es que entró a verla pensando en sus cosas.

Alex Proyas no es un director que se prodigue demasiado, a caballo entre el video musical y las películas de acción y ciencia ficción, se ha construido una sólida carrera con algunos de los mejores títulos de los 90. Sin embargo en este nuevo siglo su pulso parecía tambalearse un poco, cuestión que está a punto de solucionar con Señales del Futuro.

Y digo que "está a punto" porque Señales del Futuro no es una película redonda. Parte de una trama paranormal, en un arranque espectacular gracias al personaje de Lucinda, pasa por el thriller de claves ocultas en el que Cage repite por enésima vez su papel, irrumpe a lo bestia en el cine catastrófico y termina en una orgía rollo Encuentros en la Tercera Fase que tira un poco para atrás.

Si lo miras en conjunto, Señales del Futuro cuenta con un argumento muy chulo, pero que al pasarlo a la pantalla pierde mucho. Es decir, la idea mola, pero al plasmar visualmente un guión tan flojo parece se queda en una chorrada.

Algunos diseños de producción, algunos efectos, incluso algunas ideas, deberían habérselas ahorrado si querían que la peli pareciera seria hasta el final. Porque lo cierto es que para según quién, por ejemplo para mí, que este tipo de rollos interplanetarios me da cosica, el último tercio de Señales del Futuro se carga el interés y la credibilidad del resto.

No quiero desvelar mucho más de lo que puedo, porque Señales del Futuro es una película que, más o menos como le pasa al último Indiana Jones, si sabes de qué va igual ni la pones.

Y eso me parecería un error, porque, dentro de que el final no me ha gustado, defiendo que la idea argumental es muy buena y que Proyas consigue que Señales del Futuro tenga un tono trhiller, misterioso y emocionante durante cerca de dos horas, con unas escenas de acción realmente brutales y un enigma que mantiene en vilo al espectador.

Como demostró en Dark City, Proyas consigue perturbar e intrigar tenga el material que tenga entre manos, y quiero pensar que esas escenas finales en el bosque no han sido idea suya.

Recomiendo Señales del Futuro, y recomiendo también abrir un poco la mente y especular con qué pasaría si lo que propone pudiera ser posible.