martes, 7 de julio de 2009

Death Snow: Refrescante Terror Nórdico con Zombie Nazi al Fondo


Hacía tiempo que no me reía tanto con una película gore. Porque lejos del típico tono de comedia burda y soez de películas como Zombie Strippers, Evil Breed o un largo etcétera, Death Snow se cimenta en una primera media hora en la que deja claras sus referencias -Braindead, Viernes 13, Posesión Infernal- y se agarra a ellas para que una película tan cliché y con una trama tan sencilla no tire por el humor fácil y absurdo y se convierta en una tontería más.

La primera media hora de Death Snow, como digo, pinta a película de Terror de las buenas, presenta a unos personajes con algo más que simples curvas y poco cerebro -son jóvenes y carne de cañón, sí, pero universitarios estudiantes de medicina y sólo uno parece gilipollas-, presenta una localización espectacular, esas montañas nevadas noruegas, un entorno hinóspito y aislado pero poco socorrido en el cine de Terror, y presenta una cabaña con leyenda truculenta que hasta parece creíble y todo.


Los chavales, por supuesto, quedarán atrapados en la cabaña, rodeados por una horda de muertos vivientes que aterran esas montañas desde las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial.


Esa primera media hora diferencia Death Snow de otras, es cierto, porque se ahorra las drogas y el sexo o al menos los reduce a moderadas bromas o comentarios, pero no centra toda la actividad de los chicos en la cabaña antes de los ataques en hacer el idiota y obligarnos a no tomárnoslos en serio, como en la última Viernes 13, que dan ganas de que los maten a todos.

En Death Snow esa coherencia ayuda a que la cinta tenga entidad, sea creíble, hasta que empieza el resto de la película.



Porque durante la segunda mitad de Death Snow los festivales de acción y casquería se suceden en escenas cargadas de ingenio, de originalidad, de locura. Muertes a cuál más desfasada y burradas a cuál más desternillante. Ninguna parte del cuerpo humano queda a salvo de ser torturada por un director con fijación por los intestinos.


Los chavales actores están genial, el guión también, sorprendiendo en cada nueva situación, el resultado es tan espectacular y divertido que te olvidas de un guión por definición absurdo, de un maquillaje regulín y de algunas reacciones un poco fuera de lugar.

Ese es el trabajo de esa media hora inicial de presentación, que cuando los chicos deciden, en lugar de correr, hacer frente a la amenza con dos narices, entiendas por qué y te lo creas.


Death Snow consigue dar miedo porque muchas veces no sabes lo que puede venir después, pero sobretodo da risa, y mucha. Una película original, divertida y muy bien hecha. De lo mejor de este género en años.


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