El siguiente en reinventarse es Daredevil.
En el año 2003 la Fox lanzó al universo la primera película protagonizada por uno de los superhéroes que más se merecían pasar a la pantalla grande, Daredevil. Y aunque a muchos no nos pareció desdeñable en un principio, la pura realidad es que la película era mierda por los cuatro costados.
En 2005 Christopher Nolan convirtió en astillas la peor pesadilla de los directivos de Hollywood, ésa en la que su mayor filón de guiones y fábrica de dólares, el cómic, se veía estropeado por una mala elección a la hora de producir películas basadas en superhéroes, el grifo se cerraba y tenían que pagar a guionistas para que pensaran. Uy, qué horror.
En 2005 Christopher Nolan convirtió en astillas la peor pesadilla de los directivos de Hollywood, ésa en la que su mayor filón de guiones y fábrica de dólares, el cómic, se veía estropeado por una mala elección a la hora de producir películas basadas en superhéroes, el grifo se cerraba y tenían que pagar a guionistas para que pensaran. Uy, qué horror.
En aquel momento la franquicia de Batman parecía muerta y enterrada gracias entre otros a George Clooney y Joel Schumacher pero entonces Nolan pegó la campanada, borró todo lo anterior y se cascó un Batman Begins que no sólo rompió moldes en el género, sino que reactivó el cine de superhéroes hasta ponerlo en el primer lugar del escalafón.
Pues lo que sucedió a continuación fue que todas las películas sobre tipos y tipas en mallas que se realizaran en adelante habían de ser oscuras, profundas y adultas, y que todas las anteriores se convirtieron en susceptibles de ser borradas, olvidadas y rehechas.
Ahí tenemos el ejemplo de Hulk, del próximo reinicio de la saga de Los 4 Fantásticos y de los Spin off de X-Men, y ahora le toca el turno a otra peli cuyos resultados no terminaron de gustar al estudio en su momento, Daredevil.
¿En qué falla el Daredevil de 2003? Uf, en mucho. Para empezar Matt Murdock es un tipo introvertido, huraño, serio, un hombre solitario y a menudo abandonado, no un dandy guasón y fantasmilla como el que interpretó Ben Affleck. Después, los villanos en Daredevil son poderosos, calculadores y aterradores, no ese gilipollas empastillado en el que Colin Farrell convirtió a Bullseye.
Por no hablar de las historias. Los cómics de Daredevil han contado desde siempre con algunos de los mejores escritores del mundo de la historieta, sus tramas se distinguían de otras más superficiales y circenses como las de Spiderman o Los 4 Fantásticos y trataban temas más sociales, más sucios y propios de los bajos fondos. En la peli de Mark Steven Johnson todo el argumento acerca de la familia de Elektra y cuatro pajas mentales más no termina de tener el gancho que necesita.
Daredevil es un superhéroe antipático, incomprendido al estilo Lobezno y a menudo rechazado por sus propios colegas rescatagatitos. Si en algo acierta la película de 2003 es en intentar mostrar ese mundo melancólico, antisocial y marginado del personaje, pero se queda tan a las puertas que no llega a conseguirlo del todo.
Y es una pena, porque el diseño de producción, los entornos, especialmente nocturnos y hasta de los trajes y personajes es bastante cercano al cómic, sin embargo, el resultado final en conjunto convierte a Daredevil en una película fallida. Ese es el motivo por el que una posible secuela lleva aparcada tanto tiempo.
No es de extrañar que ahora la Fox se plantee un remake o, más bien, comenzar de nuevo la franquicia, poasándola por el filtro mágico de Batman Begins y Christopher Nolan, y sin querer contar con ninguno de los protagonistas del primer Daredevil.
Habrá que esperar, de momento no hay guión, ni casting, ni nada, sólo han anunciado sus intenciones y que buscan un director al estilo Nolan que pueda dar un nuevo giro a bla, bla, bla, bla.
Vamos, lo de moda cada vez que se habla de una peli de superhéroes.
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