viernes, 26 de junio de 2009

Críticas: Los Cronocrímenes


Vaya comida de tarro.

Los cronocrímenes es una película extraña, diferente, pero que desde luego hay que ver, porque introduce sin duda muchos elementos interesantes.

Es muy difícil encontrar en España un cine de Ciencia Ficción bien enlazado y de categoría, Nacho Vigalondo lo ha intentado, pero ha escogido para internarse en este género una de las temáticas más difíciles de abordar: la de los viajes en el tiempo.


Así, toda esta obra da la sensación de responder a un profundo deseo del joven director, a una pasión muy personal y a unas ganas muy grandes de tocar el viaje temporal como eje central de una película.

Tanta ilusión se nota en Los Cronocrímenes por la presencia evidente de un guión muy trabajado, muy pensado y muy repasado, claro, eso no quiere decir que sea un guión bien trabajado, bien pensado o suficientemente repasado.

Todo parte de un individuo normal y corriente (Karra Elejalde) que en un ataque calenturiento se interna en un bosque para mirar de cerca a una muchacha desnuda (Bárbara Goenaga, aquí, florero). Partiendo de ahi... En fin, este tipo es atacado por un misterioso en capuchado y en su huída acaba escondiéndose en el caldero mágico de un aprendiz de científico loco (un Nacho Vigalondo en los zapatos de otro zapatero) que le hace volver una horita atrás en el tiempo.


Al salir de la cubeta no se cree lo que pasa pero pronto se da cuenta de que debe actuar para que todo lo acontecido se repita exactamente, sin que nada se altere y, no sé, el mundo desaparezca o algo. El caso que empezará a preparar las situaciones y a intervenir en ellas para que todo se repita hasta, supuestamente, encontrarse en el punto temporal en que su yo del pasado se mete en la sopa mágica y seguir con su vida a partir de ahí. Y todo le sale con el culo.

Eso es, más o menos.





¿Y que pasa? Vamos a ver, el guión de Vigalondo es inteligente, original y como digo muy trabajado, pero no deja de contar viajes en el tiempo y a partir de ahí cualquier punto de vista es subjetivo y válido.

No sabemos qué pasaría si el protagonista, al volver atrás en el tiempo la primera vez, se quedara en la casa del científico tocándose las bolas en lugar de montar la verbena que arma, supuestamente para que todo ocurra porque, de hecho, todo ya ha ocurrido sin su intervención. Es decir, su personaje ya ha visto a la pava en pelotas y ya ha sido atacado se meta él o no en la maldita cubeta.


Tiene agujeros el guión de Vigalondo, claro, como todos los de viajes en el tiempo, pero no por eso es menos interesante. El problema es que te pide que entres en su juego, que lo entiendas y lo aceptes, y ahí habrá quien colabore más o quien salga del cine partiéndose la caja de risa.

Los Cronocrímenes representa un logro para el cine español como muestra de que no hace falta una enorme inversión, ni grandes nombres, ni promoción descollante para que la cienca ficción made in spain tenga éxito. Está rodada con cuatro actores, con tres localizaciones y literalmente con cinco euros. Y sin embargo resulta.


Porque lejos de la discusión sobre su guión, la película es interesante, tensa y dinámica de principio a fin. Y dicha discusión se convierte en fútil y cruel cuando hablamos de viajes en el tiempo.

Creo que Vigalondo debe mejorar en la dirección de actores, el punto más flojo del film, y quedarse él mismo detrás de las cámaras, no le vaya a afectar el síndrome de Shyamalan, pero me cuesta hacer una crítica negativa de Los Cronocrímenes, una cinta que me ha entretenido y me ha hecho pensar, por más que su trama me haya resultado, a la postre, absurda e incoherente.

En definitiva, tal vez el guión no sea perfecto, pero sí lo es lo suficiente para dar pie a una muy buena película de suspense.

1 comentarios:

Anónimo,  18 de abril de 2011, 15:44  

Es una peli simple, seguro muy barata de hacer con un guión bien hecho. Es verdad eso de que el personaje principal es un poco tarado, no hace caso a las advertencias, va donde en teoría no debe ir,etc. y todo eso para que la historia resulte. Me parece, también, que Vigalondo actua como el orto y mejor sería que contratara a un buen actor. Lo bueno es que la peli se ve de corrido, entretiene y la música añade una muy buena cuota de suspenso. Vale la pena, con las salvedades ya dichas.

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