Críticas: The Cottage

Desde hace algunos meses estoy descubriendo, gracias a la estupenda página Almas Oscuras, una serie de películas de serie B, realizadas con un presupuesto ínfimo y sin demasiadas pretensiones, pero que a veces resultan ser gratas sorpresas.

The Cottage es una de éstas, una comedia gore con todo lo bueno del cine independiente de Terror hecho para reírse y con todo lo malo del no tener un puñetero duro.

Hace unos años un tal Peter Jackson llamó y de qué manera la atención con una cinta por el estilo, un desfile incoherente de vísceras y sangre de pega llamado Mal Gusto. The Cottage no tiene nada que ver con ésta, ni en calidad ni en originalidad ni en trascendencia, pero sí comparte con ella la misma filosofía: utilizar los registros del cine B de Terror para hacer reir con el absurdo.

The Cottage narra las desventuras de los dos secuestradores más estúpidos e ineptos de la historia, que esconden a su rehén en una caseta solitaria de una aldea perdida, sin saber que en la casa de al lado se esconde un ser inhumano con ansia de sangre.

Vamos, la originalidad no es el fuerte de Paul Andrew Williams, director y guionista de este engendro mezcla de Viernes 13 y La Matanza de Texas. Sin embargo tiene una serie de aciertos, como rodar una historia con el suficiente halo de suspense y con las adecuadas dosis de humor fino, para que los bortones de sangre y los chistes visuales resulten efectivos e hilarantes.

Así, tenemos una comedia gore, o un slasher con comedia, que durante la primera media hora resulta desternillante de divertido cine negro, con un trío de personajes muy bien logrado -destacando Andy Serkis, el fenomenal actor detrás de Gollum- en su intento por salir de la pobreza secuestrando la hija del jefe, que lejos de ser una niña mona es una perraca de cuidado.


Y a partir de la mitad de la cinta, más o menos, The Cottage se convierte en una cacería descontrolada y sin barreras, plagada de delirantes momentos gore y de divertidas escenas rodadas sin caer en el absurdo.

Lejos de otras películas gore como Evil Breed, incómodas de puro ridículas, The Cottage mentiene el tipo muy bien gracias a su intención por afincarse, más que en el terror visceral a secas, en la comedia negra rodada con cierto estilo.

Las actuaciones son bastante buenas, la ambientación genial, y aunque puede pecar de un argumento demasiado plano y manido, resulta divertida y no decae en ningún momento.

Lo peor son los efectos especiales, sobretodo el maquillaje, cuya factura de látex mal pegao ya no cuela en 2009. Pero si achacamos esas carencias a la falta de mejor presupuesto encontramos en The Cottage un divertido entretenimiento sin complicaciones.

Ojo, algunas de las escenas de muerte son, sencillamente, memorables. En especial las de la pala.