miércoles, 24 de junio de 2009

Críticas: Viernes 13 (2009): Sexo en el Campamento


No porque nos guste el cine de Terror nos vale todo.

Para empezar, el concepto de remake es una idea estúpida. Es despreciar el trabajo de otro colega y pregonar que tú serías capaz de hacerlo mejor. Sin embargo este Viernes 13 ni siquiera debería considerarse un remake, podría ser cualquiera de las doscientas secuelas de la película de Sean S. Cunningham en lugar de una versión de la original con la que, por cierto, tiene muy pocas cosas en común.

Una vez más Michael Bay nos intenta tomar el pelo.

En una infame mezcla entre American Pie y La Matanza de Texas, los productores de este bodrio -entre ellos el mismísimo director de la original, que demuestra no tener alma- nos ofrecen una sucesión de culos y tetas salpicados por algunos churretones de sangre y no demasiadas escenas de terror. De hecho, me pregunto si Viernes 13 no será como esas producciones de cine porno en las que se rueda una versión dura y otra algo más light para según qué espectadores.

Capaz que en algunos circuitos ya podemos encontrar la versión sin cortes de este clasicazo del porno, digo del Terror.


Con un total desprecio por las claves que hicieron mítica a la película de 1980, este nuevo Viernes 13 se convierte en un vehículo de lucimiento para una pandilla de personajes prediseñados y ultraestereotipados: están el chino, el negro, la niña estrecha, la remilgada, los tres zorrones, el guaperas capitán del equipo de fútbol pijo y sin conciencia y cómo no el machito duro pero a la vez sensible. Falta algún personaje homosexual pero, eh, no sabemos nada de Jason en ese sentido...

¿No está dentro de un armario?


Viernes 13 comienza con una microescena durante los títulos de crédito que pretende enlazar con la película original, es decir, que antes de medio minuto ya se han cargado la trama, el clímax y la sorpresa de todo un clásico del Terror. Lo siguiente que vemos son tetas, bueno, no tan seguido, pero casi.

Nos presentan a un grupo de subnormales que buscan una plantación de marihuana en pleno bosque con un GPS que no saben interpretar. Claro está que se pierden y acaban convertidos en finas lonchas de choped.


Ahora es cuando, a la tercera, comienza la verdadera película, cuando el hermano de una de las chicas desaparecidas emprende su búsqueda -ha tardado un mes- y tropieza con otra pandilla de subnormales, que también se van de camping y que perfectamente podrían ser los clones de los primeros.


Esta segunda hornada de americanos universitarios -recordemos que esta gente un día gobernará el mundo- acabará encerrada en la casita de verano del papá pijo de uno de ellos, teniendo la suficiente delicadeza de ir internándose en el bosque uno a uno en solitario para que Jason pueda seguir con sus tradiciones.


¿En qué se parece este truño a Viernes 13? Bueno, han tenido la poca vergüenza de copiar el título y el nombre del maromo que asesina, aquí un Jason licenciado en asesinaje que hace prácticas no remuneradas de secuestrador de poca monta.

Por eso mantiene encerrada a una muchacha durante un mes -digo yo que alimentándola dos veces al día por lo menos- y ni deja que se escape ni la mata de una puta vez. Igual se ha enamorao.

Viernes 13 (2009) además vomita en todo lo bueno que tenía aquella a la que supuestamente homenajea. No hay suspense, no hay Terror, no hay ambientación ninguna, no hay cámara subjetiva... por no haber no hay ni campamento.




Las casetas aquí tienen una importancia meramente presencial y la acción transcurre más en el propio bosque y en la casa del niño pijo, con lo que molaba una película de Terror ambientada en un campamento. El horror que producía en la primera la visión subjetiva del asesino acechando a su presas, que no sólo ponía los pelos de punta sino que servía también para ocultar su identidad, aquí desaparece por completo.

El asesino es Jason Vorhees, Jason y punto, un mastuerzo de dos metros diez y ciento cincuenta kilos de peso que anda con más sigilo que un gato y hasta ve en la oscuridad, y que no necesita correr ni perseguir a nadie porque siempre llega el primero, siempre está en el rincón adecuado, en el armario más cercano o tras la estantería propicia.

Como digo, Viernes 13 (2009) se acerca más al porno que al terror inteligente. No esperábamos Psicosis o El Resplandor pero algo más que tetas y sangre de pega hubiera sido de agradecer. Aquí las muertes son brutas, burdas y para colmo incoherentes. A menudo se ve al actor que va a morir detenerse un segundo antes de recibir el golpe, dejando tiempo a los penosos efectos especiales.


Los actores son malos como si no importara, cuando una gran parte del cine de Terror depende de que te creas lo que estás mirando. Pero a estos se la sudan las mutilaciones de sus amigos, encuentran cadáveres como el que encuentra vómito en el suelo: es desagradable pero no es mi problema.

Las chicas son altamente intercambiables, tanto que a menudo no sabemos si ésta que muere ahora no lo había hecho ya antes. Todas rubias y todas operadas -porque todos sabemos que lo primero que hace una americana al cumplir los veinte es operarse las tetas, ¿y quién no?-, y como cachorras bien seguras de sí mismas no dudan en enseñarlas en cada ocasión.

En esta peli hay más melones que machetazos.

Entre los chicos no destaca uno más que otro, todos, del primero al último, dejarían que sus amigos siguieran palmando con tal de encontrar el arbusto de maría, el mueble bar del cobertizo o de que la amiga siguiera chupando.

Me hizo gracia el negro fumeta y pajillero, el que antes de salir al bosque, armado con un wuok y una linterna, se gira y dice que no se preocupen que de noche no se le ve. ¿No tiene ninguna disculpa que pedir Michael Bay por esto?


En resumen, profanar películas de los ochenta está de moda y es muy divertido. Crear mierda a partir de un título popular todavía más, porque da dinero y puedes hacer una secuela (palabras extraídas del platito de cerámica enmarcado que tiene Michael Bay sobre su puerta, junto al que dice "Ni dioses, ni profetas, lo que mueve al mundo son...")

Viernes 13 es divertida, sí, pero aún más soez y burda. No sé, pensé que en el siglo XXI nuestros adolescentes merecían algo más que una sucesión de trucos manoseados, el exceso de desnudos porque sí y una colección de sustos fáciles. Una película superflua que no ofrece nada nuevo ni a la saga ni al mito de Jason.

Una gran decepción y una oportunidad perdida.

3 comentarios:

Anónimo,  18 de julio de 2012, 0:47  

Soy un fan de la saga de viernes 13, en especial por las 4 primeras peliculas, las demas creo que fueron perdiendo la idea original; pero ésta pelicula que la vi por casualidad en el cable me parecio una autentica basura.. nada bueno que resaltar, ni jason se parecia en algo.. parecia otro personaje con su nombre.. terrible y decepcionante para los q disfrutamos d la saga ochentera

Anónimo,  18 de julio de 2012, 0:47  

Soy un fan de la saga de viernes 13, en especial por las 4 primeras peliculas, las demas creo que fueron perdiendo la idea original; pero ésta pelicula que la vi por casualidad en el cable me parecio una autentica basura.. nada bueno que resaltar, ni jason se parecia en algo.. parecia otro personaje con su nombre.. terrible y decepcionante para los q disfrutamos d la saga ochentera

Anónimo,  18 de julio de 2012, 0:48  

Soy un fan de la saga de viernes 13, en especial por las 4 primeras peliculas, las demas creo que fueron perdiendo la idea original; pero ésta pelicula que la vi por casualidad en el cable me parecio una autentica basura.. nada bueno que resaltar, ni jason se parecia en algo.. parecia otro personaje con su nombre.. terrible y decepcionante para los q disfrutamos d la saga ochentera

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