lunes, 4 de enero de 2010

La Mejor Película de 2009.


Oye, que yo no sé si es la mejor, pero es la que más me ha gustado, y además, es un peliculón de cojones.

Gran Torino.

(Crítica publicada en Desde el Sótano en Marzo de 2009)


Gran Torino, gran coche, gran película.

Acabo de terminar de verla y estoy impresionado, a pesar de que el capullo que ha puesto los subtítulos es un cenutrio, he conseguido enterarme de todo y estoy en estado de shock. Qué pedazo de película.

No es Sin Perdón ni Million Dollar Baby, y tampoco quedará como una de las mejores de tito Clint, supongo, pero madre mía, que intensidad, qué subidón de adrenalina, al final, y de emociones, todo el tiempo. Qué gran personaje, el amigo Kowalski, y que brutal drama el de ese barrio americano, imagino que parecido a muchos de aquella tierra tan confusa, tan mestiza, tan entremezclada.



La película me recordó bastante a Sin Perdón, al menos en lo que concierne al personaje principal. Retrata el ocaso de un héroe de guerra, solitario y huraño por naturaleza y más aún tras enviudar, que ha creado su armadura frente al mundo a base de capas y más capas de intolerancia y prejuicios xenófobos, racistas, homófonos, contra la Iglesia, contra los piercings en el ombligo, contra su familia... Contra todo. Jubilado y retirado del mundo, es un ser automarginado que no soporta nada que quede fuera de sus cuatro paredes y sólo vive para lustrar y dar brillo a su Gran Torino del 72.

La familia china que se muda a la casa de al lado no hará más que complicarle su rígida existencia, más aún cuando el muchacho se mete en líos con un cruce de bandas callejeras y acaban todos de rebote pisando el césped... del jardín equivocado.

La trama no avanza más allá de una sucesión de afrentas y venganzas que desembocan en el crudísimo desenlace, pero la manera en la que Eastwood nos sumerge en la transformación de Kowalski es sencillamente magistral. Sentimos al personaje a flor de piel. Al principio nos pone muy fácil odiarlo, después nos ayuda a comprenderlo y al final, de un modo sutil y desgarrado, nos obliga a quererlo.

Gran Torino es una película de autor que se sostiene por una interpretación descomunal de Eastwood, sobretodo, ya que el resto de personajes son accesorios y no hubiera afectado al resultado final el cambiar una cara por otra. Tal vez la vecina simpática, Sue, esté algo por encima de la media pero la peli no va de eso. Aquí no hay Gene Hackman ni Morgan Freeman ni Hillary Swank, esta es la película de Clint Eastwood.

Dando por sentado el sobresaliente habitual a la fotografía, a la banda sonora... sorprende que este gran director consiga bordar por fin un tremendo papel que incomprensiblemente no le ha servido para acceder ni siquiera a una nominación en los pasados premios Oscar, ni como director ni en una de las pocas categorías que le faltan, la de mejor actor. Estaba difícil, sin duda, por la enorme competencia, pero en mi opinión el trabajo que realiza en esta película –ojo, que podría ser el último delante de la cámara-, bien lo hubiera merecido.

Por cierto, que nadie se vaya antes de tiempo y se pierda el susurro rasgado de su voz cantando, después de treinta años, los primeros acordes de la canción de los créditos.

Se estrena este próximo fin de semana. No se la pueden perder.



Sublime, brutal película.
Gran Torino.

1 comentarios:

Pablo Martinez 5 de enero de 2010, 1:11  

La veré pronto. Está primerísima en mi lista de pelis a ver... junto con "Coraline" y "El imaginario del Dr Parnassus".

Saludos!

PM

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