martes, 4 de agosto de 2009

Críticas: Saw


En el año 2004 un muchachuelo llamado James Wan tuvo una idea. En esa idea un tipo enfermo de cáncer terminal ocupaba el resto de sus días puteando a los demás. Eso es Saw, el argumento inicial para una de las sagas más tramposas, incoherentes y, por lo visto, longevas, pero también para una de las sagas más terroríficas y divertidas de los últimos años.

Porque aunque es muy fácil cuestionar Saw -la saga- como un conjunto de películas palomiteras, muchas de ellas innecesarias y repetitivas, no es menos cierto que en cada entrega duplican el sadismo, el terror y dan un giro más, cada vez menos creíble es cierto, a esa figura misteriosa del maquiavélico Jigsaw.

Pero la primera película, la de James Wan basada en su propio guión, merece la pena no sólo como iniciadora de una tendencia hacia el gore sin fundamento, sino porque en su momento Saw supuso un portazo de originalidad, de sorpresa y de aire fresco en un cine de Terror demasiado volcado en los slasher y el psychokiller.




Por supuesto, Jigsaw es un grandísimo hijo de satán, pero en honor a la verdad nunca ha matado a nadie. El protagonista de Saw es un tipo enfermo que pone a prueba el afán de supervivencia, las ganas de vivir, de una serie de personas escogidas por diversos motivos.


Esa es otra diferencia que hace más grande a Saw respecto a sus secuelas, y es que en esta primera película Jigsaw diseña sus trampas entorno a una velada venganza, un ajuste de cuentas contra el médico que con total indiferencia le ha diagnosticado un cáncer terminal y le da una palmadita en la espalda.


Este médico es el inolvidable Cary Elwes -haga lo que haga este tío, ya siempre será inolvidable después de su Wesley-, que protagoniza Saw junto a Danny Glover, Monica Potter y una serie de nombres que estamos acostumbrados a ver en la TV, como los Perdidos Michael Emerson y Ken Leung.


Saw comienza proponiendo una serie de puzzles, trampas macabras que los protagonistas ni siquiera conciben para poder sobrevivir. Jigsaw les obliga a que para salir con vida vivan experiencias que les desafiarán como seres humanos y que en muchos casos les llevarán igual de cerca de la muerte.


Sólo una mujer ha conseguido sobrevivir al puzzle.

Ahora el doctor Gordon (Elwes) despierta encadenado a una tubería y sólo tiene un serrucho para librarse de ella. Si no lo hace antes de las seis en punto su mujer y su hija serán asesinadas.


El acierto de Saw, que resultaba original en su momento, era el colocar a sus personajes en situaciones límite que el espectador vive con ellos. En 2004 ver a un tipo encadenado y obligado a cortarse un pie para escapar, o a otro maniatado y con un artilugio en su cabeza que en un minuto le revantará las mandíbulas, o a uno obligado a alcanzar una puerta salvadora a través de una jaula plagada de alambre de espino no era lo habitual.


Por eso Saw supone un hito en el cine de Terror. Una cinta de muy bajo presupuesto, rodada de manera cruda y fría, pero manteniendo cierto gusto y respeto visual hacia el espectador -busca menos el sobresalto fácil que mantener la curiosidad y la expectación-, con actuaciones solventes y creíbles, una gran banda sonora y con más de un buen truco en la manga, Saw hizo que muchos saliéramos del cine con los ojos bien abiertos.

Lástima que como sucede tantas veces el éxito sea nuestro peor enemigo y las sucesivas secuelas sólo hayan sabido multiplicar el gore y minimizar todo lo demás, convirtiéndose en excusas para idear muertes más atroces descuidando argumento, guión y actuaciones.


Sin embargo siempre quedará Saw para ver Terror original y del bueno. Su gran baza era su sorpresa, algo que ya, por supuesto, se ha perdido.

1 comentarios:

Anónimo,  16 de marzo de 2011, 18:31  

las peliculas de saw me encantan, aunque hay partes que no mentero

  © Blogger templates Psi by Ourblogtemplates.com 2008

Back to TOP