martes, 27 de julio de 2010

Especial Elm St: La Nueva Pesadilla de Wes Craven.


Justo a punto de meternos a ver el remake que de Pesadilla en Elm Street ha perpretado Michael Bay, terminamos en Desde el Sótano el especial monotemático que con tanto cariño y mucha nostalgia nos ha llevado por las diferentes películas de esta mítica saga. Se queda descolgado Freddy vs Jason, pero no perdemos mucho, ni siquiera sé a cuál de las dos sagas que junta hace más daño.

Corría el año 1994 y el supuesto final que Rachel Talalay había dado a Freddy tres años antes en La Pesadilla Final: La Muerte de Freddy había quedado como un oscuro borrón, 3D chapucero mediante, y cierto regumello por no haber dado a la saga un final más a la altura del personaje.

En estas que llegó Wes Craven, cual caballero andante con aburrida armadura, y justo diez años después de dar a luz a Freddy Krueger, regresa a la franquicia para, supuestamente, enterrarlo.





La Nueva Pesadilla de Wes Craven mezcla el agostado y envejecido personaje que ya no da miedo a nadie con un curioso ejercicio de "cine dentro del cine". Gracias a una idea rocambolesca, de estas que sólo se te ocurren en la barra de un bar, a medio palmo de caerte del taburete, Wes Craven se saca de la manga el concepto de Mal, así como nombre propio, de la Entidad malvada de la muerte que a lo largo de los siglos sólo ha existido para putear al ser humano.

Así, tirando de paralelismos incomprensibles como el genio de la lámpara -¿ese no concedía tres deseos?- nos propone que Freddy sería la personificación de ese Mal, y que una vez terminadas las películas sobre su personajes, queda libre para hacer lo que le dé la gana. En este caso, seguir haciendo lo mismo que hacía antes pero en el muno real, porque les ha cogido cariño al gorro y la garra de cuchillas.


El caso es que nos tenemos que tragar que Freddy salta una vez más al mundo real, esta vez real del todo, y se pone a torturar a la propia Heather Langenkamp (Nancy en el original) porque como ella fue la primera que le derrotó en el cine... no será libre hasta que la venza. En serio, este es el argumento, que no me lo invento...

La Nueva Pesadilla de Wes Craven no es más que un fracaso absoluto, uno de los truñacos más gordos dentro de la saga porque además se salta la saga a la torera. Es una película de Freddy sin Freddy, porque éste está más presente en las conversaciones que en la pantalla. Es una película de Terror decayente, donde los esfuerzos de Craven se centran más en crear tensión, en inquietar, pero eso no es Pesadilla en Elm Street, para eso ya hay otras películas.


La Nueva Pesadilla de Wes Craven se reviste de entidad y madurez, pretende llevar a Freddy a un mundo más adulto, donde los niñatos carne de cañón de antaño han crecido y tienen hijos -patético todo lo referente al hijo de Heather, no sé cómo le dejaron actuar tan mal-, pero lo que consigue con ese tono sombrío es aburrir hasta a las ovejas. Las únicas buenas ideas de da la cinta se juntan en los últimos 20 minutos y ni siquiera completos.


Para colmo, Freddy. Gordo, mal maquillado, con una garra ridícula que ya no es un guante sino una especie de amasijo de músculo y huesos terminado en cuchillo, y ni rastro de su irónico humor negro, marca de la casa. Para terminar, me resulta especialmente triste que siendo la última de las peículas, habiendo recuperado a Craven y gran parte del reparto original, habiendo nacido para ser un digno cierre a la saga, tenga los peores efectos especiales con diferencia de toda la franquicia, un desastre de proporciones ridículas que dan vergüenza ajena.

Y así, con el enésimo final de Freddy, terminaba, de momento, la Pesadilla en Elm Street. Hasta que el hechicero sin escrúpulos Bay decidió resucitarla y... veremos.

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