viernes, 7 de mayo de 2010

Especial Elm St: Pesadilla en Elm Street 4: The Dream Master.


El éxito de la tercera parte hizo olvidar el fiasco de la segunda y revitalizó una saga que hasta la llegada de Pesadilla en Elm Street 4: The Dream Master no parecía tener muy claro por dónde tirar. Cada secuela definía como le salía de ahí al guionista de turno tanto los orígenes como los poderes y las formas de matar de Freddy Krueger, pero afortunadamente Robert Shaye y su cuadrilla decidieron mantener la línea de Los Guerreros del Sueño tanto argumental como filosóficamente, convirtiendo a Freddy en el verdadero protagonista, dándole un buen porrón de minutos, ahondando en su personalidad y manteniendo la línea -más o menos- de que lo que pasa en el sueño en el sueño se queda.

Así, Pesadilla en Elm Street 4: The Dream Master contínua el argumento de la tercera parte, Freddy ha sido vencido pero regresa a tiempo para dar matarile a los tres niñatos que se le escaparon la última vez. Tirando del estúpido recurso que se habían sacado de la manga dos años antes, de que Kirsten podía invocar sus colegas en sus sueños y hacerles partícipes de ellos. De manera que antes de que Fred se la ventile meterá en sus pesadillas a su amiga Alice, poniéndole en bandeja al Maestro de los Sueños una nueva hornada de pipiolos.




Pesadilla en Elm Street 4: The Dream Master fue dirigida por Renny Harlin, director muy inclinado hacia la acción (La Jungla de Cristal 2, Máximo Riesgo, Deep Blue Sea, entre otras) y de hecho es una de las entregas más dinámicas y entretenidas de toda la saga. Las escenas de Terror son verdaderamente potentes, con algunas muertes míticas, como la del beso de tornillo o la chica cucaracha. Además, cuenta con un guión más redondo que otras entregas, dibujando un Krueger especialmente chulesco y vacilón, con contestaciones brillantes y algunas perlas bien mordaces.


Siendo probablemente la película de Elm Street que más veces han pasado por la tele, no deja de ser curioso cómo Pesadilla en Elm Street 4: The Dream Master no pierde vitalidad. Desde mi punto de vista es tan redonda que completa lo mejor de las entregas anteriores y sienta una base más definida de lo que es Freddy Krueger. Casi diría que entre dudas y bamboleos los responsables de la saga tardaron cuatro películas en decidir lo que querían hacer con su mítico personaje.


Pesadilla en Elm Street 4: The Dream Master, como digo, limita a Freddy una vez más al mundo de los sueños, nada de posesiones ni de agarrarle fuerte para sacarle a la realidad, sin embargo alguna vez se le escapa un exceso de fliparlo que te cagas, me refiero a la muerte de Joey, a ver cómo me explican que acabe dentro de una cama de agua sin más ni más.

Es un ejemplo de mezclar churras con merinas, es decir, Freddy mata en sueños, en la realidad los chicos deben morir por algo relacionado con el sueño pero hasta cierto punto, ¿imaginan que cuando encontraran a Debbie tuviera de verdad cuerpo de cucaracha?


La parida que da sentido a esta cuarta entrega tampoco me gusta. ¿Qué es eso de pasarse poderes? Me parece una chorrada para cuadrar un golpe de efecto que dé sentido al final de la película, pero opino que podían habérselo currado un poco más sin meter ese rollo paranormal de los poderes.

Como visión general, sólo por lo horroroso de las pesadillas -realmente te lo hace sentir mal el tío Harlin- y por esa pizza de albóndigas, Pesadilla en Elm Street 4: The Dream Master merece ser tenida en cuenta como una de las más terroríficas de la saga, pero sin embargo no puedo obviar que no aporta nada nuevo al tema sino que se limita a repetir esquemas anteriores. Una pena.

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