domingo, 27 de diciembre de 2009

Críticas: Avatar. No me esperaba esto.


Los Na'vi del planeta Pandora dicen "Te veo" para saludarse. Pues bien, lo que nos ofrece James Cameron en Avatar, te guste más o menos, no lo hemos visto nunca. Puedes quejarte de una trama floja, infantil o sencilla, son puntos de vista. Pero ver, lo que se dice ver, nunca habrás visto nada parecido.

Decir que Avatar es un mala película, o que es tonta o infantil porque tiene un guión tirando a simple es como decir que los Bulls de Jordan eran un equipo de mierda porque no tenían pivot. Una película no es solamente un guión, eso está claro, y que conste que soy el primero en cabrearme cuando una película me deja insatisfecho porque su guión sea un desastre. Lo que creo en el caso de Avatar es que Cameron sólo ha buscado el guión necesario para mostrar en pantalla lo que quería mostrar. No tiene una gran historia, pero queda compensada con creces por todo lo demás.


Desde luego Avatar no puede ser considerada una película 10, cine total, porque cojea de esa pata, pero como película incompleta, como cine EMINENTEMENTE VISUAL, Avatar es una gozada.

James Cameron ha dirigido alguna de las películas más importantes de los últimos 25 años. Desde Terminator hasta Titanic, ha tocado diferentes palos de la ficción científica, del suspense, de la épica, pero sobretodo se ha especializado en emocionar, en poner los pelos de punta. Nunca ha sido un gran escritor, o, mejor dicho, un escritor de grandes historias.





No es más simple el guión de Avatar que el de Titanic, desde luego -si ésta es Pocahontas aquella era Romeo y Julieta-, pero desde el punto de vista de experiencia cinematográfica no existe comparación posible. Avatar, no sé si es cine, es otra cosa. Es fantasía, es imaginación, es magia. ¿Que su historia no es la mejor? Bueno, tampoco era la intención.

Tal y como yo la entendí desde el primer momento en que todas esas plantas y animales increíbles empiezan a salirse de la pantalla, la Experiencia Avatar no buscaba contarnos una gran historia, sino hiperexcitar nuestros sentidos. No es lo habitual, no es "cine completo", pero si está bien hecho, por una vez, puede molar. Y Avatar mola bastante.


En Avatar se te van tres horas pegado a unas gafas sin que te dé tiempo a pestañear dos veces. Cada escena, cada secuencia, cada detalle, es de tal calidad y de tal calibre que lo difícil es mantener la boca cerrada. Pocas veces he alucinado tanto en una sala de cine.

Colores inimaginables, una paleta irreal, escenarios de ensueño que no sabes de qué imaginación pueden haber salido... Magia, no hay mejor manera de describir el poder visual de Avatar. Cameron ha conseguido hacer magia.

¿El cine es magia? Desde el punto de vista artístico Avatar es puro cine.


Volvemos a la historia floja, no leo más crítica que ésa. ¿Qué demonios importa la historia en Avatar? Un refrito de Pocahontas, La Selva Esmeralda y algo de Ferngully para contarnos que las acciones de la Humanidad están destrozando el planeta tampoco creo que venga mal. Para meterse a saco con la política imperialista de los emporios económicos también hace falta. Para recordarnos las atrocidades cometidas por otros como nosotros a lo largo de la historia... A veces tramas tan simples pero tan claras son necesarias. Al menos no está de más. Desde luego, en el conjunto, no creo que una trama sencilla estropeé el espectáculo.

Obvia, por momentos previsible, manida... Es cierto, pero qué más da si el guión de Avatar no inventa la pólvora, cuando lo que ésta maravilla hace es revolucionar la noción de cine, de fantasía, de aventura, hasta convertir en real lo imposible.


A los diez minutos de Avatar te has olvidado de las gafas. A los quince te crees que ese mundo existe, enseguida sufres y lloras con la tragedia de ese pueblo azul inventado, pero tremendamente vivo y espiritual.

Avatar no aguanta un asalto a cualquier guión bien escrito, pero en cuanto a entretenimiento, emoción y diversión, es gran cine por los cuatro costados.

No contaré la sinopsis ni hablaré de su argumento porque recomiendo ver Avatar sin ideas preconcebidas, sin saber de qué va y sin esperar nada en concreto. Dejarse llevar por un despliegue visual impresionante y por la BELLEZA, con mayúsculas, que abruma en cada nueva imagen.

Avatar no es un 10. No, no lo es. Pero qué cerca.

1 comentarios:

Unknown 10 de enero de 2010, 0:04  

No podría estar más de acuerdo con esta crítica. Cuando la ví el cine estaba completamente lleno, con esto quiero decir que no había ni un solo asiento libre. Aún así y a pesar del metraje de la película (casi tres horas) durante la proyección no se oyó ni un susurro, algo inverosímil en el cine a día de hoy. Eso significará algo, digo yo.

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