Críticas: La Caja. ¿Estás en serio?
Existen dos tipos de malas películas de Terror, las rematadamente horribles que ya desde su nacimiento estaban predestinadas a ser malas (típicos refritos y apropiaciones de ideas de otros) y las que resultan malas por pura ineptitud de sus responsables a la hora de llevar a cabo una idea cuando menos pasable.
La Caja, película de Richard Kelly (Donnie Darko) basada en un relato de Richard Matheson y protagonizada por actores en principio solventes como Cameron Diaz, James Marsden y Frank Langella tiene un comienzo interesante, casi prometedor, uno de esos típicos arranques de una película de la que no sabes mucho y que de repente dices "anda, pues igual va a molar".
Pues no, La Caja no mola, a los veinte minutos estás deseando que aprieten ese botón y a los veinticinco que se acabe.
Veamos qué pasa con La Caja. A una familia setentera -la acción se situa en plena carrera espacial- se les aparece un tipo muy extraño y con una singular resisitencia a las infecciones pese a tener la mitad de la cara descarnada, que les suelta una caja de madera con un botón. Si lo pulsan ganarán un millón de dólares, pero alguien que no conocen morirá en alguna parte del mundo.
La tensión que puede desprender este comienzo, nada mal presentado ni interpretado, por cierto, gira entorno, claro está, a si van a apretar o no el dichoso botón, incluso se presta a dar pie al debate interno en cada uno de nosotros de qué haríamos en su lugar. No creo caer en ningún spoiler si digo que ese suspense, inevitablemente o no habría película, termina en cinco minutos y con un sonoro chof!
Bien, los minutos que siguen a ese suspense convierten La Caja en una cinta de espias que no deja de ser interesante del todo, en absoluto, pero a la que poco a poco se le empiezan a ver las costuras. Y como suele pasar en este tipo de cine de suspense o Terror, el que podríamos denominar de "pillado por los pelos", cuando después de hora y pico aguantando la intriga, alargando la espera y retardando la explicación se desvela el pastel, la carcajada no puede ser más sonora.
Porque la explicación que fundamente lo que sucede en La Caja es tan inesperadamente estúpida que la cinta pasa de la intriga a la vergüenza ajena de la manera más natural del mundo. Se ve que sus responsables pretenden que asumamos el giro final con la frescura de un supositorio de latón del tamaño de un paragüero. Y duele, claro.
La Caja resulta una gran decepción y pese al buen trabajo de los actores -irregular pareja protagonista pero solvente Langella-, se resuelve como una sorprendente gilipollez.
1 comentarios:
Pues el planteamiento parece prometedor. Una pena que la resolución resulte una parida de las dimensiones que comentas. En cualquier caso, con James y Cameron al frente del reparto, la misión era casi imposible.
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