sábado, 13 de noviembre de 2010

Críticas: Predators.


Reconozco que cuando me enteré de que Robert Rodríguez iba a producir una nueva versión de lo que para mí es uno de los grandes clásicos de la Ciencia Ficción y del cine de Acción, Depredador (1987) lo primero que sentí fueron arcadas. No porque dudase de la capacidad de Rodríguez para afrontar un proyecto serio, que también, sino sobretodo porque después de las judiadas que le han hecho a este peliculón con su talonario de secuelas, una más no me hacía augurar nada bueno.

Robert Rodríguez decidió no ponerse tras las cámaras, sino cederle el honor al bueno de Nimród Antal, del que no me disgustó del todo Habitación sin salida, y tal vez por eso Predators me haya resultado menos castaña de lo que esperaba y un acercamiento casi válido a mi adorado film de Schwarzenegger.




De todas las aproximaciones al fenómeno que supuso Depredador en los ochenta, ninguna había conseguido rozar siquiera su calidad ni su espíritu. Una, la primera secuela, porque su traslado a la gran ciudad eliminaba de raíz el principal encanto de la original, la ambientación claustrofóbica y agobiante de la jungla sudamericana. Las demás, despropósito que lo mezclaba con Alien, ya no eran películas sino experimentos vergonzosos.

El Predators de Rodríguez y Antal, he de reconocer, no me ha dado tanto asco como las anteriores secuelas, de hecho, lo he disfrutado casi a gusto, agradeciendo los guiños y homenajes al Depredador de John McTiernan, viviéndolo como una certera secuela que pretendía sinceramente entroncar con aquélla.


Por desgracia, las semejanzas con su antecedente se quedan en el regreso al entorno selvático y a una constante referencia a la famosa misión encabezada por el sargento Dutch, porque una vez Predators se pone en marcha como película independiente con principio y fin en sí misma, es decir, cuando deja de frotarse con la peli original, demuestra que por buenas intenciones que se tengan no se garantiza el saber hacer una buena película.


Con una trama confusa y tirando a estúpida y previsible, no diré que Predators es mala, simplemente, no contiene nada digno de recordar. Un Adrien Brody pasado por el taller de Chuck Norris, un Laurence Fishburne insustancial, y una serie de secundarios accesorios, especialmente Danny Trejo, al que Rodríguez no respeta como intérprete a pesar de regalarle Machete poco después.


En definitiva, Predators supone un esfuerzo que agradeco por honrar la película original pero vuelve a quedarse tan lejos de ella, tan lejos de ser un buen entretenimiento siquiera, que no puedo evitar preguntarme qué necesidad hay de seguir torturando a uno de los villanos más carismáticos del cine de acción reciente.

1 comentarios:

Anónimo,  2 de diciembre de 2010, 13:59  

Pues si, hay que elogiar en "intento" de secuela, aunque me parece que podrían haber mejorado ese guión.

En primer lugar, deberían haber colocado actores de mayor caché.

En segundo lugar, parece burla el papel que le dan a Laurence Fishburne, el está para más.

En tercer lugar, me parece demás el crear una segunda especie de depredadores.

En cuarto lugar, yo imaginé que iban a desvelar más datos sobre la especie del depredador, pero nos quedamos en las mismas o aún peor por que ahora son dos.

En Quinto lugar, me parece de lo más estúpido la idea de liberar al depredador, y salir huyendo en vez de ayudarlo, de esa forma, obtenía a la chica y el regreso a casa a la vez.

Y finalmente, ya estamos para más en cuanto a efectos especiales. No es muy recomendable e excepción que seas un fanático de la saga.

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