jueves, 9 de diciembre de 2010

Críticas: Buried (Enterrado)

Brutal, impresionante.

Nunca antes, y he ido unas cuantas veces, había salido del cine en un estado tal de agitación, incómodo, agobiado, tanto que incluso me costó recuperar el ritmo normal de mi respiración. Porque si disfruté como loco durante el 90% de lo que dura Enterrado, con su tramo final sólo me queda quitarme el sombrero.

Si el otro día comentaba Los Ojos de Julia y lamentaba la falta de chispa y de ideas cuando el cine español quiere ponerse convencional y asegurarse la taquilla imitando las modas de Hollywood, hoy tengo que reconocer, y reclamar, que el cine español no es sólo eso, porque igual que nos golpeó REC en su momento o que aplaudimos a Amenábar antes de caer en el mismo saco, Rodrigo Cortés, con su Enterrado, no sólo da un golpe en la mesa sino que grita, y muy fuerte, que el cine español, en manos de los cineastas españoles y no de sus productores, da para mucho, mucho más.





Enterrado es una película española pero cuenta una trama muy americana y cuenta con una estrella de aquél lado del charco para soportar todo el circo. Lo que consigue Ryan Reynolds -sí, el hombre al que odiaré siempre por pura envida, al menos hasta que Scarlett Johansson le abandone y le haga mucho, mucho daño- es coronarse como un fenómeno de la reacción, del registro, de la empatía. Encerrado durante horas en una caja, transmite a la perfección, creo yo, las sensaciones y angustias del personaje, algo en lo que se sostiene con mucho riesgo el éxito o el fracaso de una película como Enterrado.


Paul Conroy es un contratista americano destinado a una de las provincias en conflicto en Irak. Allí es secuestrado por una facción de insurgentes y enterrado vivo con la única conexión con el mundo de una Blackberry con la que sus secuestradores le obligan a solicitar un rescate.

Esa hora y pico de angustia, de tensión en cada llamada -especialmente la del ejecutivo de su empresa y también la última- logra una familiaridad con el espectador, consigue meternos tanto en el cine, que sufrimos con Paul, sudamos con Paul y nos falta el aliento como a él hasta el final.

Con muchos menos medios que otras, con una repercusión menor, Rodrigo Cortés consigue con Enterrado comerse todo el pastel, sorprender a propios y extraños y, en mi opinión, convertirse en el puntazo del año, por buena y por original y sorprendente.



A mí desde luego Enterrado me ha ganado. Con los justos ramalazos de Hitchcock y una notable dosis de crítica y social y lavado de realidad, sin trucos de sonido mil veces vistos ni giros de guión chabacanos, me ha hecho disfrutar en el cine como muy pocas de las pelis de suspense o terror que haya visto.

Simplemente genial.

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