martes, 5 de abril de 2011

127 horas. Gracias James Franco.


Siempre admiro, por mala o regular que sea la película, cuando un actor o actriz comete una locura y se atreve a sostenerla por sí sólo. Me impresionó Ryan Reynolds en Buried, desde luego, pero lo hemos visto otras veces. Algo muy similar pero con un personaje con muchos más matices es lo que afronta James Franco en 127 horas.

No lo hace mal este chaval, ha demostrado su calidad de sobra en telefilms y en películas donde ha sabido lucirse, sin embargo, pienso yo, hay que tener un par de narices para arriesgarse sin red en una película tan física, tan intensa y tan emocional como 127 horas. A mi desde luego me ha gustado.




Con una fotografía espectacular -y que junto con la actuación de James Franco sustenta todo el tinglado- 127 horas cuenta una historia real mucho más dura que la propia película. La tragedia de un experimentado escalador y senderista que por accidente queda atrapado y sólo en uno de esos abismales cañones del desierto de Utah. El título hace referencia al tiempo que el chaval tuvo que pasar sin apenas agua ni comida hasta conseguir liberarse, 127 horas que le servirán no sólo como experiencia vital sino como un cierto renacer.


Me deja dudas James Franco en 127 horas. Me deja dudas porque la película es de esas que te hace reflexionar sobre cómo afrontarías tú una situación parecida, y de verdad, por momentos la calma y el buen rollo del muchacho me parecen irreales. Sin embargo su evolución, su vuelta de tuerca desde ese payasete optimista del principio hasta... Es impresionante. Y conmueve.


Sin embargo en eso redunda el éxito de una peli a priori tan limitada argumentalmente como 127 horas. Danny Boyle nos presenta un peliculón que arranca de forma animosa, casi divertida, desenfadada, que de repente se raja en un punto de ruptura brutal, en un puñetazo cruel al estómago del expectador. Durante un rato parece no saber avanzar, o no tener con qué, pero después nos regala un desenlace, veinte minutos finales, tremendamente emocionantes.



Película de superación, típica tragedia del héroe en desgracia... sí. Pero hay que rodarla así y actuarla así. A mi me ha encantado y la terminé con el corazón en un puño.

1 comentarios:

Germán Fernández 8 de abril de 2011, 15:13  

La escena de la "liberación" es de las más duras que he visto en una película.

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